La gestion del estrés y de la ansiedad

La vida cotidiana nos somete a muchas pruebas que cada persona vive de una manera diferente. Pueden provocar emociones desestabilizadoras para el organismo y crear un clima de ansiedad o de estrés. Cuando no se controlan, se vuelven crónicos y pueden tener consecuencias fisiológicas en nuestro organismo.

¿Cuál es el mecanismo del estrés? ¿Realmente es un enemigo?

El estrés es, ante todo, una reacción natural de adaptación y defensa de nuestro organismo frente a un estímulo. Este estímulo o elemento perturbador puede ser físico, mental o emocional. Las causas pueden ser muy variadas: examen, retraso, operación quirúrgica, error profesional, etc.

Para mantener un estado de equilibrio interno, nuestro cerebro secretará principalmente 3 hormonas:

  • la ACTH, producida por una glándula denominada hipófisis, estimula las glándulas suprarrenales para permitir la liberación de cortisol;
  • el cortisol aumenta el aporte de energía al cerebro, regula la tensión arterial y la actividad respiratoria;
  • la adrenalina también prepara al cuerpo para el estrés acelerando el ritmo cardiaco y la respiración. Aporta un aumento de energía.

El estrés puede ser bueno porque permite que superemos nuestros límites y aumentemos nuestras habilidades durante una prueba deportiva o una representación, por ejemplo. También es vital para hacer frente a situaciones de peligro. En cambio, dado que el organismo necesita períodos recuperación, un estrés crónico puede ser perjudicial. Aquí es donde la gestión del estrés adquiere toda su importancia.

Calmistress
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En caso de estrés crónico, de dificultad para sentirse tranquilo

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¿Cuál es la diferencia entre estrés y ansiedad?

Estas dos situaciones se diferencian principalmente por el factor tiempo. En el caso del estrés, se trata de un estado relacionado con la realidad inmediata. La ansiedad se define como un malestar relacionado con la anticipación de un acontecimiento negativo que puede suceder. En general, tendemos a sobreestimar los riesgos y a imaginar las consecuencias como dramáticas.

Reconocer las señales del estrés crónico

Se observan muchas reacciones con una intensidad muy subjetiva. Pueden ser físicas como dolores de cabeza, dificultad para respirar y trastornos del sueño y del apetito. También pueden ser emocionales o incluso intelectuales (alteración de la concentración, olvidos, etc.). Estas reacciones prolongadas, difíciles de gestionar, pueden conducir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, trastornos musculoesqueléticos o incluso a un estado depresivo.

Una mejor gestión del estrés mediante soluciones naturales

Para no dejarse invadir por el “estrés malo”, existen algunos buenos reflejos para gestionarlo mejor. En primer lugar, le recomendamos identificar sus prioridades y diferenciar las acciones importantes de los pequeños problemas cotidianos para no sentirse desbordado. Concédase también descansos regulares en tranquilidad y opte por actividades relajantes como leer, bañarse o escuchar música.

Trabaje su respiración respirando profundamente. La respiración abdominal es la base de actividades relajantes como la terapia de relajación o el yoga. Una solución simple y eficaz para liberar tensiones y comprender mejor el manejo del estrés.

Trabaje su respiración inspirando profundamente. La respiración abdominal es la base de actividades relajantes como la sofrología o el yoga. Una solución sencilla y eficaz para liberar tensiones y aprender a gestionar mejor el estrés.

También sabemos que la práctica de una actividad física ayuda a liberar endorfinas, hormonas del bienestar. Elija un deporte que le guste, de una intensidad adecuada y, si es posible, practíquelo con sus amigos o familiares.

Algunas plantas también tienen efectos beneficiosos en la gestión de las emociones. Por ejemplo, la melisa favorece la relajación y el bienestar físico y mental. La rodiola ayuda al organismo a adaptarse al estrés emocional. Está especialmente recomendada en situaciones estresantes o de agotamiento.

Puede consumirlas en infusión o en forma de complementos alimenticios con una mayor concentración.

En lo relativo a la nutrición, le recomendamos 3 micronutrientes principales en los que puede confiar. Los omega 3 favorecen la secreción de endocannabinoides, lípidos del cerebro que mejoran la resistencia al estrés. El magnesio reduce la secreción de las hormonas y de los mensajeros responsables del estrés. Por último, la vitamina C, que ayuda a la adaptación al estrés al favorecer que el nivel de cortisol en el organismo vuelva a la normalidad una vez que el estrés ha pasado.

Para aportarlos a través de la alimentación, consuma un pequeño puñado de frutos oleaginosos al día (almendras, nueces, etc.) y una ración de pescado azul a la semana. Opte también por aceites ricos en omega 3 (colza, nuez, lino) y las frutas y verduras más ricas en vitamina C (cítricos, kiwi, pimientos, etc.).

Emmanuel BARRAT
Responsable de Investigación y Desarrollo

Ingeniero con un Doctorado en Ciencias en el campo de la biología y la nutrición de la Universidad de Nantes. Desde hace más de 10 años, Emmanuel Barrat se encarga, junto a su equipo, del programa de estudios clínicos en del Laboratorio, así como de la formulación de complementos alimenticios innovadores, eficaces y seguros...

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